viernes, agosto 11, 2006

CON CIRUGÍA LOGRAN CONTROLAR CRISIS SEVERAS EN UN NIÑO CON EPILEPSIA


Un equipo de médicos del hospital Edgardo Rebagliati Martins de Essalud realizó la primera cirugía de epilepsia del Perú, la única opción que se dispone en este momento para tratar las crisis convulsivas que no se pueden controlar con fármacos. El protagonista principal de esta historia es un niño de 11 años. Desde el pasado 26 de junio, Andrés Alonso Muñoz Espinoza ya no vive bajo el dominio de las convulsiones que se apoderaron progresivamente de su cuerpo en los últimos siete años.

“No había día ni noche sin que Andrés dejara de convulsionar. Incluso lo hacía mientras dormía”, cuenta su madre, Teresa Espinoza, mientras hace un recuento de las idas y venidas desde La Perla –donde viven- al servicio de emergencia, y de los tratamientos farmacológicos que ha recibido el niño durante su paso por varias instituciones de salud. Pero ningún tratamiento dio los resultados esperados.

“Conseguía una mejoría temporal y luego nuevamente tenía una recaída”, comenta Teresa mientras conduce a su único hijo en una silla de ruedas a la sala de conferencias de la Unidad de Neurocirugía Pediátrica donde fue presentado a la prensa por los doctores Abelardo Cavero Garay, quien hizo la cirugía, y David Huanca Payehuanca, neurólogo del Servicio de Clínica Pediátrica y médico a cargo del caso de Andrés.

Para los padres del niño no fue fácil aceptar que la intervención quirúrgica era la única alternativa para su hijo. Teresa recurrió incluso a Internet para buscar sobre la rara enfermedad que ya se le había diagnosticado, encefalitis de Rasmussen, y sobre la operación. Teníamos miedo, pero ahora veo que esta recuperándose”, dice Teresa con una sonrisa de tranquilidad.

¡Sí MAMÁ!

Atrás quedaban las siete horas en ascuas que toda la familia de Andrés pasó aguardando los resultados de la operación. Para Teresa la angustia duró siete días más, lapso en que Andrés recién pudo responder verbalmente a una de las preguntas. Hasta entonces solo se comunicaba con ella apretándole la mano.

“Temía que se hubiera quedado sin habla, pero en el séptimo día, le estaba pidiendo que cuando su respuesta fuera afirmativa me apretara una vez la mano. ¿Entiendes?, le pregunté. Pensé que me apretaría la mano pero dijo: ¡Sí mamá!”.
Que fuera dado de alta el 28 de julio, el día del cumpleaños de Teresa, fue sin duda el mejor de los regalos para ella.

ANDRÉS, OTRA VEZ

“No se imagina cómo nos sentimos. Desde el día de la operación él ya no convulsiona. Es algo realmente maravilloso”, dice María Tarcila, la tía abuela que esta cerca de él desde que vino al mundo. Recuerda que hasta los cuatro años, Andrés era muy inquieto, conocía los colores, las formas geométricas, sabía contar hasta diez y le encantaba armar rompecabezas.

“Un día nos contó que se había golpeado la cabeza en el nido, pero en el colegio lo negaron. Al cabo de seis meses comenzó con una leve convulsión en la mano derecha. Lo llevaron al médico y le dieron medicinas, mejoraba y recaía. El movimiento involuntario, sin embargo, fue avanzando hacia el brazo y la cara hasta, a pesar de los medicamentos, afectar todo el cuerpo. Pero después de la cirugía vemos que nuestro Andrés ha regresado otra vez”, dice María Tarcilla.

El niño muestra una importante mejoría. “Del estado caótico en que llego al momento de la intervención, ahora observamos una mejoría en el lenguaje, la actividad motora y afectiva, expresa sus emociones, se relaciona con la personas, se comunica y comprende indicaciones simples, nomina, y construye frases, además arma rompecabezas”, explica María Elena Santiago, neuropsicóloga de la Unidad de Neurocirugía Pediátrica del Hospital Rebagliati.

Ahora empieza la etapa de rehabilitación física y de terapia de lenguaje y aprendizaje. Si bien Andrés presenta una deficiencia intelectual producto de las crisis compulsivas, él -dijo- mantiene una memoria a corto y largo plazo que le permitirá aprender. “Todo el cerebro empezará a trabajar y la terapia echará mano de ello; en seis meses más nuevamente lo evaluaremos. Este seguimiento nos permitirá ver hasta dónde es capaz de llegar”, afirmo la doctora Santiago.

“Sé que falta mucho camino por recorrer, pero estoy feliz de saber que hay una solución para tantos niños como mi hijo”, sentenció Teresa Espinoza.


OPERACIÓN ROMPE ESCEPTICISMO

Quizá uno de los logros más importantes de la primera cirugía de epilepsia realizada en el país no ha sido la técnica en sí misma, sino la posibilidad de demostrar a la comunidad médica que ésta alternativa existe y da buenos resultados. “Los neurólogos estaban escépticos, pero ahora se han animado a formar una unidad de cirugía en epilepsia”, comento el doctor Abelardo Cavero Garay, médico de la Unida de Neurocirugía Pediátrica del hospital Edgardo Rebagliati.
La primera intervención de este tipo se realizó en 1986, pero posteriormente fue ejecutada por cirujanos sin entrenamiento que operaron a cualquier persona con epilepsia. “Esto dio lugar a que la cirugía ganará mala fama por los resultados adversos que se obtuvieron, pero ahora hay una nueva etapa en la que se pone mucho cuidado en la evaluación de los candidatos a la operación”, comento para anotar que esta solo está indicada para los caso que fracasan al tratamiento con medicinas.

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